Fútbol Schlager

Está muy trillada la frase de Klopp sobre el heavy metal. Se escribieron cientos de notas basadas en esa analogía, pero lo cierto es que, musicalmente hablando, se encuentra muy distante del género de las tachas, los solos de guitarra y el pelo largo.
Klopp apenas escuchó algunos temas de Kiss en los 80 y es amigo de Campino, cantante de la banda punk Die Toten Hosen, pero su relación nace de su fanatismo por Liverpool. En realidad, Jürgen es un “Helene Fischer Ultra”.
En 2015 viajó a Frankfurt para ver un recital de Fischer. Allí se encontró con Hansi Flick, quien en ese momento era director deportivo de la Federación Alemana de Fútbol. Ambos se tomaron una foto con una remera negra con letras amarillas que decía “Helene Fischer Ultra”. Esto se debe a que dos años antes, en una fiesta privada organizada por los dirigentes de Borussia Dortmund para celebrar el pase a la final de la UEFA Champions League en Wembley, Fischer cantó ya que es hincha de las abejas. El amor era recíproco, pues jugadores como Weidenfeller o Kehl solían ir a menudo a sus recitales.
¿Quién es Helene Fischer? Se estarán preguntando. Es una cantante de schlager, que es el término alemán para referirse al “hit”. Es la música pop más comercial, de estribillos pegadizos, letras mundanas que hablan de la felicidad y el amor y que son muy populares al sonar en programas de radio, televisión, publicidades, etc. Cuenta la leyenda que el primero que acuñó este término fue Johann Strauss, cuando se dio cuenta de que al público le gustaba más las piezas musicales que tenían letra.
El primer artista catalogado como schlager fue Heinz Rühmann, un actor de cine que durante la década del 30 actuaba y cantaba grandes musicales del estilo de Broadway o Hollywood. Ya a mediados de la década del 60, explota el fenómeno de shows televisivos de música para adolescentes (estilo Club del Clan en Argentina, Abba en Suecia o la música yé-yé en Francia) allí se lucían Margot Eskens, Michael Holm -que era la versión polaca de Roberto Carlos- o la políglota Caterina Valente que grabó temas en inglés, español, portugués o francés.
En los 80, con el auge del synthpop, las nuevas generaciones renegaron de este género y era el motivo de burla de críticos especializados, ya que en el país que fue cuna de Kraftwerk y musa para David Bowie, desdeñaban a este tipo de artistas que eran considerados de menor calibre. Un grupo como Dschinghis Khan era el blanco principal de lascivos comentarios no solo por su música sino también por su estrafalaria puesta en escena.
Bautizada como la “Britney Spears del schlager”, Fischer no paró de crecer desde su primera actuación televisiva en 2005 hasta convertirse en la gran diva pop de Alemania. En 2014 cantó en la celebración de la selección por la consagración en la Copa del Mundo y desde 2011 tiene su propio especial navideño en televisión muy fastuoso donde canta con estrellas invitadas del estilo de Michael Bolton, Leona Lewis, Andrea Bocelli o Tom Jones.
Klopp, ahora en tiempo de descanso, confesó ser el “más swiftie”, al presenciar el show de Taylor Swift en Liverpool. Por su parte, a un más atareado Flick, cuenta que su último recital fue “con Kloppo y Helene Fischer”. Lejos de la parafernalia del rock, sus estilos son el de un fútbol schlager, sin pretenciones, entretenido y atrayente para todos.