Muñeca rusa

Vi el vídeo de Messi haciéndole señas a los hinchas del América, replicado hasta el hartazgo. Vi un poco menos el gol y casi nada del contexto del partido. ¿Era un amistoso o un partido oficial? ¿Cuál fue el resultado final? Paradójicamente, en la “era de la información”, vamos fraccionando los acontecimientos hasta que todo se reduzca a un vídeo viral o un titular que satisfaga a lo algoritmos.
Hay poquísimas cuentas que hablen de fútbol argentino en redes. Ojo, hay un montón sobre mercado de pases, humor, minuto a minuto de partidos, más humor, información general, otra vez humor, indignación, humor, pero ninguna que cuente cómo juega el 9 de Platense. Por ejemplo, si buscan sobre Marco Pellegrino, encontrarán que se fue de joda, lo suspendieron, que su representante se enojó en TV, que posibles sustancias consumió o cuánto pagó por escorts, pero no que clase de defensor es o qué puede aportar. Ya tiene más de 30 partidos en primera.
Sé que hay muchos -y muy buenos- colegas que hacen un gran trabajo informativo y análisis. El problema radica en que el algoritmo decide invisibilizarlos porque su contenido no genera tantas reacciones y vistas como otros. Hay que revolver entre la basura para poder encontrar lo que estamos buscando.
Albert Camus dijo que su deseo como periodista “consistía en liberar los periódicos del dinero y darles un tono y una verdad que dieran al público lo mejor de sí mismo. En aquel momento pensábamos que un país vale lo que vale su prensa. Y si es cierto que los periódicos son la voz de una nación, estábamos decididos, por nuestra parte, por muy frágil que fuera, a alzar este país elevando su lenguaje”.
Hoy, acceder a los portales de noticias es una quimera. Los que no te exigen una suscripción, te agobian con banners y spam que dificultan aún más la lectura de un texto mal escrito y repetitivo. La noticia queda en último plano cuando lo que se prioriza es el marketing. Cuando parecía que internet nos traería más accesibilidad, solo nos pone más trabas de acceso porque no somos sujetos de pensamiento crítico, sino meros consumidores a los que se les dicta en qué deben gastar su dinero.
Hace algunas semanas, la cadena Ser de España publicó en su portal una nota que empezaba con la siguiente frase: “reescribeme esto sin que se note que es copiado”. Casi parece el pedido de auxilio desesperado de un pasante mal pago que está harto de tener que publicar 300 notas iguales sin ningún tipo de valor ni vuelo creativo. Repitan conmigo: el posicionamiento SEO no es periodismo.
La verdad ya no está ahí afuera. Está guardada dentro de una muñeca rusa, y para acceder a ella, debemos quitar capas y capas de spam, publinotas, videos virales, relleno, mentiras, memes y opiniones mal intencionadas.