Punky Reggea Party

Fabio Martín Olivé
3 min readSep 13, 2024

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A sus 21 años, Donovan Letts, hijo de inmigrantes jamaiquinos, aceptó en 1976 la oferta de Andy Czechowski, dueño de The Roxy, de pasar música en su bar londinense. El movimiento punk había nacido y muchos jóvenes encontraban refugio en ese antro oscuro, libre y lleno de humo, donde solían pasar canciones de Iggy Pop, The Velvet Underground o Eddie & The Hot Rods.

Todavía no había muchos discos de punk, por lo que Letts incluía en su repertorio varios temas de dub y reggae jamaiquino. Esas líneas de bajo, que acompañaban bien a la marihuana, cautivaron a los jóvenes punks que comenzaron a sentirse atraídos por esa cultura, especialmente gente como The Clash o las chicas de The Slits.

Uno de los más apasionados por el reggae era John Lydon, quien solía llegar a The Roxy e ir directo a la cabina donde estaba pinchando discos Don Letts, pedirle un porro para compartir y comenzar a poner sus temas preferidos del género. Letts reconoció que Lydon era quien más interés y conocimiento tenía, ya que en su niñez se había criado escuchando discos de varios de los artistas llegados de Jamaica, país al que viajaría en busca de paz luego de la caótica separación de Sex Pistols.

En 1977, con una cámara de 8mm y apenas habiendo leído las instrucciones de uso, Letts eternizó lo que estaba sucediendo en The Roxy, esa cultura underground. La película se llamó Punk Rock y se puede ver a Billy Idol jugando en su camerino, a Shane McGowan bailando, charlas en giras o shows de bandas que actuaban allí como Siouxie & The Banshees o Johnny Thunders & The Heartbreakers. “Solo estuve en el tiempo y lugar correcto sabiendo lo que quería mostrar”, explicó Letts años más tarde.

Una tarde, Don Letts visitó a su amigo Bob Marley, quien estaba viviendo en Londres. Llevaba puestos unos pantalones bondage, provocando la risa del propio Marley, quien lo recriminó por parecer uno de esos “asquerosos chicos punk”. Letts cuenta que el líder de The Wailers estaba influenciado por todo lo que leía en la prensa sensacionalista inglesa y intentó explicarle que el punk no iba sobre el nihilismo y la ira que querían hacerle creer, sino que iba sobre el empoderamiento y la libertad, y que esos chicos eran compañeros rebeldes con ideas afines a ellos. Bob lo miró mal y lo echó de su casa.

Bob Marley veía al punk como la decadencia de Babilonia. Pero fue gracias a la periodista Vivien Goldman, con quien pasó varios meses en la capital inglesa escuchando canciones de bandas como Sex Pistols o visitando los garitos nocturnos donde se hacían recitales, que fue entendiendo, de a poco, esas similitudes de las que le había hablado Letts. “Un punk siente que la sociedad inglesa le hace mal” entendió Marley. Goldman llegó a hacerle escuchar la canción Police & Thieves, de The Clash, mientras se encontraba grabando Exodus junto a Lee “Scratch” Perry. Ambos quedaron tan fascinados que, meses más tarde, para finales de 1977, Marley cerró su grieta personal componiendo la canción Punky Reggae Party.

Desde aquellas míticas noches en The Roxy, Don Letts siempre lo tuvo claro: a pesar de sus distintos orígenes, punks y rastafaris son dos caras de la misma moneda en la lucha contra un sistema opresor.

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Fabio Martín Olivé
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Written by Fabio Martín Olivé

Periodista. CoAutor de "Nunca Caminarás Solo: La revolución de Klopp en Liverpool"

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